La lepra catalanista y la historia: ¿Existió alguna vez el idioma “catalán” antes de 1913? – La Paseata
“La consigna de los trogloditas del noreste venidos a más a base de montar mojones históricos sangrientos, contagiar la lepra catalanista es obtener prebendas inmerecidas”
“Es
mejor robar y pedir o no perdón –dependiendo de si te pillan-, que
pedir permiso para que te presten algo”. Esta debe ser la consigna de
los trogloditas del noreste venidos a más a base de montar mojones
históricos sangrientos, contagiar la lepra catalanista y así, obtener
prebendas inmerecidas desde hace más de mil años en esta nuestra pequeña
(pero muy querida) piel de toro.
Soy
consciente de que esta reflexión no va a hacerme muy popular en ciertos
sectores. Lo lamento, pero soy de esos tipos que creen que hay que
cuestionarlo todo. Comienzo a escribir este artículo recordando una
anécdota y poco a poco todo va fluyendo de mi memoria a mi teclado.
Empezó cuando cierta persona de sexo opuesto, alicantina para más señas,
que intentó conocerme dirigiéndose a mí constantemente en “catalán”
(que no en valenciano), a sabiendas que mi idioma materno era (y es) el
castellano. No dudo de su buena intención, pero vi claro que
inconscientemente, subyacía en esta mujer ese insidioso sentimiento
imperialista pancatalanista inyectado en vena a la fuerza a los
pobladores de esta tierra valenciana desde finales del siglo XIX.
Yo
vivo en el Alicante del antiguo Reino de Valencia, y no en lo que los
trogloditalanes llaman “Els Països del sud”. Hablo castellano, y cuando
tengo oportunidad, valenciano por cortesía. Pero valenciano. Jamás he
hablado catalán ni me da la gana hacerlo.
“Rememorando aquellas citas del gran Vicente Blasco Ibáñez: Aquí, en esta tierra valenciana, cuidaos de las arteras intenciones de ese pueblo de borrícos del norte que se hacen llamar catalanes”
Y
posesos mis dedos del rio de mi memoria, de pronto veo palabras y más
palabras en la pantalla de mi PC que el teclado le va enviando a
borbotones desde mis recuerdos de mi adolescencia, cuando aprendí de un
compañero de clase de la Alicantina zona montañosa de Alcoy (mi amigo
Monllor Alejo), rememorando aquellas citas del gran Vicente Blasco
Ibáñez: “Aquí, en esta tierra valenciana, cuidaos de las arteras
intenciones de ese pueblo de borrícos del norte que se hacen llamar
catalanes”.
No
es de extrañar. Ya decía el catedrático de Filología de la lengua
Valenciana en 1933 Manuel Sanchís Guarner “La lengua de los valencianos
es el valenciano, somos valencianos y nuestra lengua es la valenciana,
quien reniega (renuncia) a su lengua, reniega de su Patria, quien
reniega de su Patria es como quien Reniega de su madre”. Y lo decía en
un contexto en el que ya hacía tiempo que se ponía en duda si alguna vez
había existido el idioma “catalán” como tal, ya que siempre había sido
considerado simplemente como “lemosín”.
Dicho
idioma (o lengua d´Oc), desde el siglo XVI hasta principios del XIX en
Cataluña, se había corrompido hasta convertirse en una jerga denominada
“PATOISIN “derivada del lemosín. Hasta que llegó el hijo del alcalde de
lo que actualmente es el barrio de Gracia, el Sr. Pompeu y Fabra, y
decretó por cojones, que el dialecto de lemosín que se hablaba en su
barrio, “era el único y verdadero catalán”. Esto ocurrió en 1.913,
cuando Pompeu I “El Sabio”, editó el “Diccionari de la Llengo catalana”,
diccionario que por cierto le había robado a mossen Antonio Mª Alcover y
Sureda, representante de las diócesis de Baleares y también, al
representante de las diócesis de Valencia, el padre jesuita Luis Fullana
Mira.
Al respecto, César Vidal: “El dialecto catalán es una mezcla de provenzal arcaico y lengua valenciana clásica”
Roba
que te roba, años antes, en tierras baleares, ya habían ocurrido dos
deshonrosos hitos que marcaron el latrocinio identitario y cultural
pancatalanista.
El primero ocurrió en 1830 cuando la Diputación de Barcelona, consiguió
que el rey felón Fernando VII trasladara la Universidad General Luliana
de la Ciutat de Mallorca a Barcelona. Desde 1296 el mallorquín ya
contaba con la primera universidad de España y la segunda cátedra de
medicina de Europa. Tenía ya por entonces grandes escritores como Ramón
Llull, Heryl, Beatriz de Pinos, Ansel Turmeda y otros muchos. Desde 1496
el mallorquín contó con su primera gramática, la de Juan Dameto, y
antes del año 1890, tenía más de 60 gramáticas y diccionarios.
El segundo latrocinio identitario y cultural pancatalanista volvió a
ocurrir cuando en 1870, la Universidad de Barcelona entonces ya “rectora
de la cultura Balear”, ordenó (cual robo del Archivo de la Corona de
Aragón de los tiempos recientes) el traslado de la Escuela de Maestros
Nacionales existente en Palma de Mallorca, a Barcelona por carecer
Cataluña de escuela de maestros hasta el año 1870.
Con esta segunda deshonra y robo, los pancatalanistas completaban su
jugada de obligar a los estudiantes Baleares a pasar por las Arcas
Catalanas y para más INRI, estudiar los grandes embustes históricos
impuestos por el yugo Imperialista Catalán. Con estas dos acciones, el
pancatalanista se aseguró, la “Catalanización” de las Baleares, previo
al ataque masivo del siglo XX y del definitivo en el XXI.
Cataluña nunca fue ni un reino, ni una corona, ni un país independiente
“La Generalitat reconoce que Cataluña no existió como unidad histórica independiente” –Leer artículo, pinchando aquí
¿No
hubiera sido mucho más honesto por parte de la Diputación de Barcelona
pedir la creación de una nueva universidad para Barcelona y Cataluña que
robar la de Mallorca? ¡Buf!, qué tontería. Es sabido por todo el mundo
que las palabras “honestidad” y “pancatalanismo” no se pueden poner en
la misma frase.
Y es que ocurre que desde (y durante) la Edad Media, nadie se había referido a la lengua que se hablaba en Cataluña como “catalán”. En cambio, ya entonces, sí estaban perfectamente reconocidos como idiomas diferenciados el valenciano, el balear e incluso el menorquín. Y así estamos hasta hoy, con el agravante de que los imperialistas pancatalanistas van difundiendo falsamente por el mundo entero, que el idioma que se habla desde el Rosellón francés hasta Orihuela, pasando por todas las Baleares, es el “catalán”.
¿Catalán? ¿Catalán de qué, mierdecillas? Las palabras de Miguel de Cervantes tienen más valor que el de todos los estudiosos de la AVL, (Academia Valenciana de la Lengua, que por “progre” cobardía el PSOE de Joan Lerma no quiso renombrarla como debía haberse llamado desde el principio, es decir “Academia de la Lengua Valenciana”).
“También es muy revelador que pretendan que el catalán sea el origen del valenciano, ya que el propio valenciano contó desde los años 1300 a 1600 con decenas de gramáticas y diccionarios“
También
es muy revelador que pretendan que el catalán sea el origen del
valenciano, ya que el propio valenciano contó desde los años 1300 a 1600
con decenas de gramáticas y diccionarios coincidiendo con el siglo de
oro de las letras Valencianas: enormes autores tales como Juanot
Martorell, Ausias March, sus hermanos y su padre, Roig de Corella, san
Vicente Ferrer, su hermano Bonifacio, Jordi de san Jordi, sor Isabel de
Villena, Bernardino Gómez de Miedes, Rafael Marti de Viciana, Luis Vives
y otros muchos dan fe de esta verdad como un templo.
¡A robar a Sierra Morena, catalufos!
Pero abundando en más muestras de esta falacia, citaré al gran profesor
de Filología Románica de la Universidad de Munich Bernhard Weiss, que
en 1992, publicó en el diario Alicantino El Levante: «Yo no hablo la
lengua valenciana, pero en cambio conozco muy bien su historia. En todas
las universidades de Alemania, no se conoce la lengua catalana, sólo se
conoce la lengua valenciana ».
En el Instituto de estudios Románicos de Munich, leí con mis propios ojos, que afirmaban conocer muy bien la lengua d´Oc, o lemosín y sus dialectos españoles, (valenciano, catalán y balear). Y el tal Bernhard Weiss repetía que « en su país se sabe que la lengua valenciana (no la catalana) era la lengua del Papa Alejandro VI -el papa Borgia-, nacido como “Rodrigo de Borja” en Játiva-, lengua en la que escribía y que obligó aprender a sus cardenales ».
Para muestra, un botón es el editorial del gran Vicente Blasco Ibáñez titulado “LA LEPRA CATALANISTA” del jueves 13 de junio de 1907 en el periódico “EL PUEBLO. Diario Republicano De Valencia”.
-Leer artículo pinchando aquí.
Todo esto, me hace plantearme algo que ya intuía hace mucho tiempo: ¿Existió alguna vez el idioma “catalán” antes de 1913?
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