Nuestro Reino de Mallorca visto por el nacionalismo catalán. Estudio de una falsificación.
Nuestro Reino de Mallorca visto por el nacionalismo catalán.
Estudio de una falsificación.
Frecuentemente escuchamos falsedades sobre nuestra antigua lengua, nuestra antigua historia y nuestra cultura. Por
ejemplo, es frecuente escuchar y estudiar que los catalanes nos
trajeron su lengua con las tropas que llegaron con Jaime I, rey de
Aragón, en 1229. Sin embargo eso es falso.
Por ello es necesario que los baleares sepamos defendernos y sepamos responder ante tales falsedades.
1º.- En
primer lugar hemos de tener bien claro que Cataluña no existió como
ente territorial hasta Jaime I y posteriormente a la conquista de
Mallorca, y como unidad político-administrativa hasta 1521, bajo el reinado de Carlos I, donde alcanza la categoría social de principado –que no de reino- trescientos años después de la conquista del reino de Mallorca. Además, la categoría política
de principado implica inherentemente el nombramiento de un príncipe, y
el título de príncipe de Cataluña ni existe ni ha existido nunca.
2º.- Cuando Jaime I invadió el reino de Mallorca, lo que hoy llamamos Cataluña eran condados independientes unos de otros. Por
aquel entonces el condado de Barcelona estaba integrado en la corona de
Aragón desde Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, que fue rey
consorte de Petronila, reina de Aragón, (tal como hoy es ‘rey’ de
Inglaterra el marido de la reina de Inglaterra). De hecho, a partir
de aquel momento, el título de conde de Barcelona pasó a la casa real de
la corona de Aragón. Titulo de conde –que no de rey- que todavía
conserva hoy en propiedad la corona de España. Por aquel
entonces el resto de los condados eran TODOS ELLOS FEUDOS DE FRANCIA,
conocidos como Marca Hispánica (‘Marca’ significaba tierra fronteriza) y
fijémonos bien que se llamaba "Hispánica" y no Marca Catalana. También
se llamaban condados Carolingios porque tomaban dicho nombre del rey de
Francia, Carlomagno. Todos ellos ayudaron a Jaime I en la lucha contra
el reino musulmán de Mallorca. Ayudaron como condados independientes
unos de otros, no como Cataluña, ya que como hemos dicho antes, Cataluña
no existía como hecho político.
3º.- Por
el Tratado de Corbeil, firmado entre nuestro rey Jaime I y el rey de
Francia Luis IX el Santo, en 1258, parte de esos condados pasaron a
engrosar la corona de Aragón. El rey de Francia pudo cederlos porque
eran suyos, ya que de no haber sido feudatarios de Francia, LUIS IX NO HUBIERA PODIDO CEDERLOS A ARAGÓN. (Pura lógica). Nótese que esta cesión del rey de Francia al rey de Aragón se produce veintinueve años después
de la conquista de Mallorca, es decir, que el reino de Mallorca se
incorpora a la corona de Aragón casi treinta años antes que el
territorio que hoy denominamos Cataluña, con la excepción del condado de
Barcelona, que ya estaba incorporado como condado –no como reino- a la
corona de Aragón.
4º.- En 1229 llega Jaime I con gentes de diverso origen: condes, nobles, vasallos y soldados mercenarios.
Muchas de estas gentes se dedicaban a la guerra como modo de vida y
acudieron a la llamada de una Bula del Papa Gregorio IX PROCLAMADA POR
TODA EUROPA para desterrar el islam de las Islas.
5º.- Por el ‘Llibre del repartiment’,
en el que consta el reparto de tierras que por derecho de conquista
dispuso Jaime I a los diversos hombres de la nobleza que habían tomado
parte en la batalla, podemos conocer documentalmente la gran
diversidad de pueblos que ayudaron a Jaime I en la guerra, despejando la
falsedad de que el único condado que ayudó fue el condado de Barcelona. (De Cataluña, nada)
Nos
dice el Llibre del repartiment que se repartieron tierras a gentes de
Montpellier, de Marsella, de Jaca, de Tortosa, de Castellón, de Navarra,
de Manresa, de Narbona, de Perpiñán, del condado de Ribagorza, de
Toscana, del Rossellón, de Portugal, Provenzales, Judíos y otras gentes
del mismo Mallorca, caballeros Templarios, etc. etc., (de conquista
catalano-aragonesa, nada de nada). Después
la gran mayoría de ellos vendieron a la población autóctona las tierras
que les cedió el rey y regresaron a sus países de origen. Tenían
grandes gastos de mantenimiento de castillos, caballerías, pajes y
criados y prefirieron mejorar su economía antes que disponer de tierras
en la lejanía de Mallorca. De los 806 agraciados que figuran en el
Llibre, tan sólo 190 (el 25%) eran originarios del territorio que hoy
denominamos Cataluña.
6º.- En la actualidad el 72,75% de los apellidos de los aquí residentes demuestra que no son de origen balear ni catalán,
debido a la fuerte inmigración habida desde los años sesenta del siglo
XX. Y del resto de apellidos, hay una considerable diferencia en cuanto a
los habitantes de Baleares con apellidos propiamente típicos de las
islas, siendo el 21,95% de origen exclusivo balear frente al 5,3% que
son de origen catalán, y esto teniendo en cuenta, además, que el número
de apellidos catalanes es muy superior al de los isleños. A su vez, en
cuanto a la procedencia de los nombres, hemos de señalar que los nombres
catalanes son de origen germánico en un 70%, ya que Cataluña fue
repoblada por godos primero y visigodos después; en un 20% del latín,
10% del griego y sólo en un 5% del hebreo. Por contra los
nombres baleáricos actuales derivan de los antiguos nombres del reino
de Mallorca y proceden en un 48% del hebreo, y el resto se divide a
partes iguales entre latín, griego y otras procedencias. (Hay en
el interior del estudio prolijos listados de nombres y apellidos, bien
datados en cuanto a su procedencia –algo nada difícil de realizar hoy en
día- y contrastados sobre los 400.000 nombres de la totalidad de la
guía telefónica).
Extracto del texto:
“Ahora,
para conocimiento general, regocijo y propia estimación de los
indígenas de Baleares, (digo indígenas y no nativos, porque nativo lo es
cualquiera que haya nacido en Baleares lleve el apellido que lleve;
mientras que indígena es aquél que además de haber nacido en Baleares
lleva apellidos propios o típicos de aquí) , éstos son los apellidos
propios y típicos de su tierra.”
ABRAHAM,
ABRINAS, ABRINES, ADROVER, AGUILÓ, ALBERTÍ, ALBONS, ALCINA, ALEMAÑY,
ALEÑÀ, ALEÑAR, ALOMAR, ALORDA, ALOU, ALOY, ALZAMORA, ALZINA, AMEL·LER,
AMENGUAL, AMER, ANTICH, ARABÍ, ARBONA, ARROM, ARTIGUES, AVELLÀ.
BAGUR,
BALANZAT, BALEA, BALLE, BARBER, BARCELÓ, BATLE, BAUZÀ, BENNASAR,
BENNASER, BENNASSAR, BENNASSER, BERGAS, BESTARD, BIBILONI, BINIMELIS,
BISQUERRA, BOLANCER, BONED, BONNET, BONNIN, BORDOY, BOVER, BOYERAS,
BRIL, BRONDO, BUADES, BUCHENS, BUJOSA, BUÑOLA, BURDILS, BURGUERA.
CABANELLAS,
CABOT, CABRER, CAIMARI, CALAFAT, CALDENTEY, CAMPANER, CAMPINS,
CAMPOMAR, CANAVES, CANTALLOPS, CANTARELLAS, CANYELLAS, CAÑELLAS,
CAPELLÍ, CAPLLONCH, CAPÓ, CARBONER, CARDELL, CARO, CASSELLAS, CASSANYES,
CASSAÑES, CATANY, CATAÑY, CAULÉS, CABALLER, CAYMARÍS, CERDÀ, CERDÓ,
CIFRE, CIRER, CIREROL, CLADERA, CLAR, CLEMENTS, CLOQUELL, CLOQUELLS,
COLOM, COLOMAR, COLOMBÀS, COMPAÑY, CONTESTÍ, CORRÓ, COTONER, COVAS,
CRESPÍ, CRUELLAS, CRUELLES.
DAMETO, DARDER, DAVIU, DEYA, DEZCALLAR, DOLS, DOMENGE.
ENSENYAT,
ENSEÑAT, ESCALAS, ESCANDELL, ESCANELLAS, ESCAÑELLAS, ESCANELLES,
ESPASAS, ESPASES, ESPUCH, ESTADE, ESTADES, ESTARÀS, ESTARELLA,
ESTARELLAS, ESTELRICH, ESTEVA, ESTRADAS, ESTRADES, ESTRANY, ESTRAÑY.
FALCONER,
FANALS, FANER, FAR, FEBRÉ, FEBRER, FELANI, FELANY, FEMENÍA, FEMENÍAS,
FERRÀ, FERRAGUT, FERRIOL, FERRUTJÀ, FERRUTXÉ, FIOL, FLAQUER, FLEXA,
FLEXAS, FLORIT, FLUXÀ, FOGUER, FONOLLAR, FONOLLÀS, FONTANER, FONTIRROIG,
FORNARI, FORNARIS, FORNÉS, FORTEZA, FORTUÑY, FRAU, FRONTERA, FULLANA,
FUSTER.
GALMÉS,
GAMUNDÍ, GARAU, GARCÍAS, GARÍ, GAYÀ, GELABERT, GENESTAR, GENOVARD,
GENOVART, GINARD, GINART, GINESTRA, GIRART, GISCAFRE, GOMILA, GOÑALONS,
GORDIOLA, GORNALS, GORNÉS, GOST, GRAUCHES, GRECH, GRIMALT, GUASP,
GUISCAFRE, GUISOL.
HOMAR, HOMS, HORRAC, HORRACH.
ISERN.
JANER, JAUME, JUANEDA.
LLABRÉS, LLADÓ, LLADONET, LLAMBÍAS, LLANERAS, LLÍ, LLINÀS, LLITERAS, LLITERES, LLODRÀ, LLOFRIU, LLOMPART, LLUFRIU, LLULL.
MAIMÓ
(ortografía catalana), MAIRATA (ortografía catalana), MANDILEGO,
MANERA, MARÍ, MARROIG, MASCARÓ, MASSANET, MASSOT, MATAMALAS, MATEMALAS,
MATEMALES, MATUTES, MAURA, MAYANS, MAYMÓ, MAYOL, MAYRATA, MELIÀ, MELIS,
MENORCA, MERCADAL, MERCANT, MESQUIDA, MEZQUIDA, MOLL, MONJO, MONSERRAT,
MONTCERDÀ, MONTIS, MORADÓ, MORAGUES, MORANTA, MOREY, MORLÀ, MORRO,
MUDOY, MULET, MUNAR, MUNTANER, MUT.
NICOLAU, NIELL, NIGORRA.
OBRADOR, OLEZA, OLIVER, OLIVÉS / OLIVES, OLLERS, OMAR, OMS, ORDINA, ORDINAS, ORELL, ORFILA, ORRACH.
PALERM,
PALLICER, PALLISER, PALMER, PALOU, PANISA, PANIZA, PERTS, PARNELL,
PARPAL, PASARIUS, PAX, PAYERAS, PEDRELLS, PERELLÓ, PERICÀS, PETRO,
PICORNELL, PIERAS, PIRA, PIRIS, PIZÀ, PLANELLS, PLANISI, PLOMER,
PLOVINS, POL, POMAR, PONCELL, PONS, PONSELL, PORQUER, PROHENS, PUIGROS,
PUIGSERVER.
QUADRADO, QUÉS, QUETGLAS, QUETGLES.
RADO,
RAFAL, RAMIS, RAMONELL, REBASA, REBASSA, REINÉS, REUS, REYNÉS, RIBER,
RIGO, RIUDAVETS, RIUSEC, RIUSECH, RIUTORD, RIUTORT, ROSSELLÓ, ROSSIÑOL,
ROTGER, RULLÀN.
SAGRERA,
SAGRERAS, SALETAS, SALLENS, SALLERAS, SALOM, SALORD, SALORT, SALVÀ,
SAMPOL, SANSÓ, SANTANDREU, SARD, SART, SASTRE, SBERT, SEGUÍ, SERVERA,
SIMONET, SINTAS, SINTES, SIQUIER, SIRER, SITJAR, SOBERATS, SOCÍAS,
SOLIVELLAS, SOREL, SORELL, SUAU, SUÑER, SUREDA.
TABERNER,
TALAYA, TARONGÍ, TARONJÍ, TAULER, TERRASA, TERRASSA, TIMONER,
TORRANDELL, TORRELLÓ, TORRENS, TORTELL, TORTELLA, TOUS, TRAMULLAS,
TRIAY, TROBAT, TRUYOL, TRUYOLS, TUDURÍ / TUDURI, TUGORES, TUR, TURNER,
TUTZÓ.
VADELL,
VALCANERAS, VALENS, VALLCANERAS, VALLDEPADRINAS, VALLDEPERA, VALLESPIR,
VALLORI, VANRELL, VAQUER, VENTAYOL, VENY, VEÑY, VERD, VERDERA, VERGER,
VICENS, VICH, VILLALONGA.
XIMELIS, XIMENIS, XUCGLÀ, XUCLÀ, XUMET.
ZAFORTEZA, ZANOGUERA.
Y ahora los propios y típicos de Cataluña:
ABAD,
ABADIA, ADELL, ALAÑÀ, ALSINA, AMADÓ, AMETLLER, ANDREU, ANGLADA,
ANGUERA, APARISI, ARAGÓ, ARBÓS, ARGILÉS, ARGUIMBAU, ARQUÉ, ARQUER,
ARQUÉS, ARTIGAS.
BADIA,
BALCELLS, BALSELLS, BAÑULS, BARDOLET, BARÓ, BASSA, BASTIDA, BATLLE,
BENEJAM, BENET, BERGA, BERTRÀN, BESALDUCH, BLANCH, BLANES, BLEDA,
BOFILL, BOHIGAS, BOIX, BONASTRE, BONET, BONMATÍ, BORONAT, BORRALLÓ,
BORRÁS, BORRELL, BORRULL, BORT, BOSCH, BOU, BRINES, GRINGAS, BROTONS,
BRUGUERA, BRULL, BRUNET, BUFÍ, BUILS, BURRELL, BUSQUETS.
CABALLÉ,
CABALLER, CABANES, CALAFELL, CALBET, CALDES, CALLÍS, CALONGE, CALVET,
CAMBRIL, CAMÍ, CAMINAL, CAMINALS, CAMPS, CANALS, CANET, CANUT,
CAPDEVILA, CAPELLÀ, CARBÓ, CARDÚS, CARRÉ, CARRERÉ, CARRERÉS, CASADESÚS,
CASADEVALL, CASAL, CASALS, CASAMITJANA, CASANOVA, CASANOVAS, CASAS,
CASASNOVAS, CASAUS, CASELLAS, CASES, CASTANYER, CASTAÑÉ, CASTELLÀ,
CASTELLS, CASTELLTORT, CATALÀ, CATEURA, CAUBET, CEBRIÀ, CENDRA, CENDRÓS,
CENTELLAS, CENTELLES, CERVELLÓ, CIRERA, CLAPÉS, CLARAMUNT, CLEMENT,
CLIMENT, CODINA, COLOMÉ, COLOMER, COLOMINA, COMA, COMAS, COMES, COMPTE,
CONILL, CONTE, CONTELL, CORNELLA, COROMINAS, CORTELL, COVES, CREUS,
CUGAT, CUNILL, CUNILLERA, CURSACH, CURULL, CUSÍ.
DALMAU, DOLZ, DOMENECH.
ESCALA, ESCUDER, ESPASA, ESPERT, ESQUERRA, ESTADELLA, ESTELLERS, ESTELLA, ESTELLES, ESTEVE.
FABRA,
FABREGAS, FABREGAT, FABREGUES, FARRÉ, FARRÉS, FARRIOL, FALGUERAS,
FELIU, FERRÁN, FERRADÍS, FERRADIZ, FERRANDO, FERRERA, FERRERAS,
FERRERES, FERRERONS, FERRÍS, FERRIZ, FERRO, FIBLA, FIGUERA, FIGUERAS,
FOLCH, FONOLLÀ, FONT, FONTANALS, FONTANELLA, FONTANET, FONTCUBERTA,
FORCADA, FORCADAS, FORCADELL, FORCADES, FORNALS, FORNÀS, FORNELL,
FORNELLS, FORNS, FORT, FORTUNY, FRADERA, FRANCH, FURIÓ.
GARRIGA,
GASPAR, GATELL, GIBERT, GILI, GIRBAU, GIRONA, GIRONELL, GIRONELLA,
GISBERT, GISPERT, GISTAU, GRAU, GUBERN, GUDIOL, GUILL, GUILLEM, GUIMERÀ,
GUIRAL, GUIRAO.
HUGUET, HUMBERT.
JARDÍ, JOFRE, JULIÀ, JUNCADELLA.
LÉRIDA.
LLACER, LLAGOSTERA, LLAUGER, LLEDÓ, LLEONART, LLOBELL, LLOBERA, LLOBERAS, LLOBET, LLOBREGAT, LLOP, LLUCIÀ, LLUSÀ.
MACÍAS,
MAGRINYÀ, MAGRE, MAJÓ, MALLEU, MALLOL, MANEU, MANRESA, MARCÉ, MARIMÓN,
MARTORELL, MASANA, MASSANES, MASCÓ, MASDEU, MASÍA, MASIP, MASMIQUEL,
MASSANA, MASSANAS, MASSIP, MASSÓ, MATARÓ, MATAS, MATEU, MERCADER, MERCÉ,
MIR, MIRA, MIRALLAS, MIRET, MIRÓ, MISEROL, MOLINAS, MOLINER, MOLINS,
MOLLA, MONCADA, MONCADAS, MONER, MONERRIS, MONFORT, MONROIG, MONROY,
MONTAGUT, MONTANER, MONTBLANC, MONTBLANCH, MONFORT, MONTMANY, MONTOLIU,
MONTROIG, MONTSERRAT, MORANO, MORÉ, MOREU, MOSQUERA, MUSOLAS, MUSOLES.
NEBOT, NEGRE, NOGUER, NOGUERA, NOGUEROL, NOGUEROLA, NOGUÉS, NOVELL, NOVELLA.
OLIVAR, ORS, ORTA, ORTELLS.
PAGES,
PALAU, PALLARÉS, PALLAROLS, PALLAS, PARELLA, PARELLÓ, PARERA, PELLICER,
PERERA, PERICH, PERIS, PIERA, PIJUAN, PLÀ, PLANAS, PLANES, PLANIOL,
PONT, PORCEL, PORCELL, PORTELL, PORTELLA, PRADA, PRADAS, PRADES, PRAT,
PRATS, PUCHE, PUIG, PUIGCERCÓS, PUIGDELLIVOL, PUIGDEMASA, PUIGDEMONT,
PUIGDORFILA, PUIGFERRAT, PUIGROS, PUIGJANER, PUJADAS, PUJALS, PUJOL,
PUJOLÀ, PUJULA, PURXET.
QUERAL, QUERALT, QUEROL, QUERT.
RABASA,
RABASSA, RABELL, RAMÓN, RAMONEDA, RAMS, RAXACH, REIG, REIXACH, REVERT,
REXACH, RIBA, RIBAL, RIBES, RIBÓ, RIPOLL, RIUDOMS, RIUS, ROCA, ROSELL,
ROSELLÓ, ROSER, ROSES, ROSILLÓ, ROSIÑOL, ROSSELL, ROSSICH, ROSSINYOL,
ROVELLADA, ROVIRA, RUBERT, RUBÍ, RUSSELL.
SALA,
SALES, SALVAT, SAMPER, SAMPERE, SANS, SARDANS, SARRIÀ, SEGUÉS, SELLERS,
SELLÉS, SENTMENAT, SERRA, SERRALTA, SERRAT, SERRATÓ, SERRATS, SERRES,
SIMÓ, SIRVENT, SITGES, SITJAS, SITJES, SOLÉ, SOLER, SOTERAS, SUBIRÀ,
SUBIRACHS, SUBIRANA, SUBIRATS, SUÑÉ.
TALLADA,
TALTAVULL, TAMARIT, TARIBÓ, TARRADAS, TARRAFETA, TARRASA, TELLA,
TERRADAS, TEIXIDÓ, TEIXIDOR, TOLOSA, TORELLÓ, TORNER, TORRA, TORRAS,
TORRELLA, TORRENT, TORRENTS, TORT, TORTAJADA, TORTOLA, TORTOSA, TRENCHS,
TREPAT, TRÍAS, TRULLOLS, TURÓ, TURRÓ.
UBACH, UMBERT, URGELL.
VALENTÍ,
VALLBONA, VALLDEPERAS, VALLHONRAT, VALLS, VALLVERDÚ, VENDRELL,
VERDAGUER, VIC, VILA, VILAFRANCA, VILANOVA, VILAPLANA, VILARASAU,
VILARDELL, VILARET, VILARRODONA, VILAS, VILASECA, VILELLA, VILLACORTA,
VILLAFRANCA, VILLANOVA, VINENT, VIÑALS, VIVAS, VIVER, VIVÓ.
Hemos
encontrado también una serie de apellidos asentados en Baleares, que a
unos los hemos tenido como propios de Baleares, y a otros como propios
de Cataluña pero que resulta que no lo son; siendo los siguientes:
Propios y típicos de Valencia:
ALEMANY, ARNAU, BALAGUER, BALLESTER, BELLVER, BERMELL, BISBAL,
CARBONELL, CARDONA, CASTELL, CERVERA, COMPANY, ESTELA, FALCÓ, FONS,
LLOPIS, MARCH, MESEGUER, MESTRE, MOSCARDÓ, PIQUER, PIQUERAS, ROMAGUERA,
SABATER, TORRÓ.
Propios y típicos de Alicante: AMORÓS, BARDISA, BERENGUER, GUARDIOLA, MIRALLES, PICÓ.
Propios y típicos de Castellón: BELTRÁN, BERNAT, GUAL, TAURA.
Propios y típicos de Asturias: CARRIÓ.
Propios de Euskadi: CAMPOY, ISASI, SIMAL.
Propios y típicos de Aragón: PINA.
Propios y típicos de Castilla: AMADOR, CAMPOS, CANOVAS, CORTÉS, COSTA, DURÁN, ESTRADA, JUAN, MARQUÉS, MOYA (MOYÀ), MOYANO, PIÑA, ROLDÁN, SALAS, SEGURA, TORRES, VIDAL.
Propios
de la vertiente mediterránea, es decir, que en toda esa zona la
cantidad de personas que usan esos apellidos es tan homogénea, que
resulta imposible deducir de donde es propio.
FERRER, MÁS, NADAL, PONS, ROIG.
7º.- De
entre los que sobrevivieron al asalto a la fortaleza de Palma (ciudad
que por aquel entonces era denominada por los árabes como Medina
Mayurqa) pocos quedaron del condado de Barcelona, cuya habla era la
propia del sur de Francia, y ninguna de sus derivaciones se llamaba
catalán sino que su lengua era la lengua de Oc (Occitano) o Lemosín. Por
lo tanto con tan reducido número de barceloneses, ninguna lengua
aprendimos de ellos. Y en cuanto a la cultura no hay en toda
Baleares un solo monumento del esplendoroso arte románico en Cataluña,
que abarca los siglos XI, XII, XIII, XIV; es decir, que si la conquista
se realizó antes de transcurrir el primer tercio del siglo XIII, los
supuestos colonos o repobladores tuvieron casi doscientos años para
edificar monumentos del excelente estilo románico; y sin embargo, caso insólito, no construyeron ni uno; ni tampoco en la zona agraria balear existe una sola construcción tan típica como la masía catalana. (Fotos comparativas en el libro mencionado). Extraña repoblación ésta, caso único en la Historia de la Humanidad.
8º.- La
primera gramática del mallorquín se publica en 1835, no siendo hasta
1918, ochenta y tres años después, cuando Pompeu Fabra publica la
primera gramática de la lengua catalana. El mallorquín procede del mismo
tronco lingüístico que el catalán, con una gran similitud fonética
entre ambos, de ahí que los hablantes mallorquines y catalanes se
entiendan.
Como muy bien demuestra ‘El Llibre dels feyts del rey en Jacme’,
(crónica de la conquista), Jaime I se entendió sin necesidad de
intérprete con la gente principal autóctona de Mallorca, los cuales le
prestaron todo su apoyo en el cerco y asalto a la ciudad de Palma en
manos musulmanas. Por el acuerdo de la Pau
de Castellitx, la población judeo/cristiana de Mallorca no luchó contra
el invasor; por el contrario se alió con él para reintegrar el reino de
Mallorca a la cristiandad. Por tanto el mallorquín no
procede de la lengua traída por los catalanes. ¿O es que aquí sólo se
hablaba árabe, cuando resulta que la población musulmana era una
minoría? (Se le da el nombre de mallorquín a la lengua
porque estamos hablando del reino de Mallorca, titulación que perduró
hasta la primera república española en 1873. Hoy día es más apropiado
hablar de lengua balear, pues la estructura lingüística es la misma en
todas las Baleares, y a su vez muy distinta a la catalana.)
9º.-Hasta
finales del siglo XVIII Barcelona no alcanza la extensión urbana de
Palma de Mallorca, que desde tiempo inmemorial figuró siempre como una
de las ciudades más importantes del Mediterráneo occidental. Y en época
árabe la cuarta más importante del Emirato de Córdoba. En tiempos de la conquista, Palma de Mallorca (Medina Mayurqa) tenía una extensión de 110 hectáreas mientras que Barcelona, la ciudad más grande del reino de Aragón, apenas llegaba a 42.
Los condados carolingios, que por ser peligrosa tierra de frontera con
el islam –conocida en el reino de Francia como ‘Marca Hispánica’-
siempre padecieron la despoblación, ¿podían no ya repoblar sino siquiera
ser capaces de colonizar otro territorio?
10º.- Jamás existió un rey que firmase como rey de Barcelona o Cataluña.
Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, fue rey de Aragón, pero
consorte, ya que la línea dinástica procedía de su mujer, Petronila,
verdadera reina, pues era la hija del anterior rey de Aragón, Ramiro II;
de hecho fue ella quien testó, no el rey consorte, y pasando el título
de conde de Barcelona a la casa real de Aragón (como Letizia será en el
futuro, si llega a reinar, reina de España, pero consorte, como Ramón
Berenguer; lo cual no convierte su condado, si fuera condesa, en reino,
ni a ella en algo así como Letizia I de España y V del reino de
Santander, si es que fuese condesa de allí). Por eso mismo ningún rey
firmó jamás con título de rey de Barcelona –se excusa decir Cataluña-;
de hecho, el título de conde de Barcelona –que no rey- sigue vigente hoy
en día. Jaime I firmaba con sus títulos de rey de Aragón, Valencia y
Mallorca –pues estos últimos ya eran reinos antes de conquistarlos-
conde de Barcelona y señor de Montpellier. ¿Qué reino de Cataluña es ése
que nunca dio reyes?. Por eso los nacional-catalanistas se inventan la figura de los condes-reyes haciendo a los condados reinos (algo insólito en la Historia), que es como transmutar a los sargentos en coroneles o a los municipios en provincias o a las regiones en naciones políticas.
Y no contentos con inventarse un reino, lo confederan, al denominar al
reino de Aragón como confederación o corona catalano-aragonesa, que es
como hablar no de los reinos de Navarra y Castilla, reinos realmente
existentes en la Historia,
sino de la corona o confederación vasco-navarra, o hablar de la
conquista de América por la confederación extremeño-castellana, alegando
los extremeños para esta última –y con más razón que los catalanes con
respecto a Aragón, Mallorca y Valencia- que la conquista del Perú y
México la realizaron Pizarro y Cortés y tantos otros nacidos en el
territorio de Extremadura y no en el de la actual Castilla. O llamar a
esa conquista ‘italo-española’ porque Colón (supuestamente) era genovés.
11º- Otra
más de las muchas falsedades tan extendidas, y de obligado estudio en
escuelas, institutos y universidades, versa sobre la señera catalana y
la taimada sustitución del estandarte de tres palos -estandarte propio
del reino de Mallorca- por la cuatribarrada “de Cataluña”, que para más
inri era de Aragón, no de Cataluña, ya que dicha enseña le fue
donada al padre de Jaime I, D. Pedro II, por el Papa Inocencio III, al
renunciar el rey aragonés al derecho que tenía de nombrar obispos a su
libre albedrío dentro de sus fronteras y traspasar ese derecho al Papa.
Un extracto:
“Mucha
tinta ha gastado el nacionalismo catalán para dar una explicación
aceptablemente creíble al uso del estandarte del Reino y Corona de
Aragón como propio de forma exclusiva.
Pero al ser todos los nacionalismos (y el catalán no se escapa de ello),
ciegos y sordos a todo lo que no sean sus postulados, tienden a dar
resbalones uno tras otro. Y el resbalón se lo pegaron cuando sin
molestarse lo más mínimo en comprobar la veracidad de los datos, encontraron
un libro de historia sobre Cataluña escrito en el siglo XV por Bernardo
Boades, en donde éste relata que el Emperador de los Francos, Ludovico
Pío, entrando en la tienda de Wifredo “el velloso”, súbdito y vasallo
suyo, después de la batalla contra los normandos, mojó cuatro dedos
en la sangre de la herida de éste, y pasándolos por encima de su escudo
de guerra le dijo: “De hoy en adelante estas cuatro barras rojas serán
tu insignia y sello.”
Como
ya hemos dicho, no fueron los dogmáticos del catalanismo a indagar si
se trataba de un relato romántico, de una fábula, y creyeron ese relato
porque ello llenaba por completo sus aspiraciones nacionalistas.
Resultando además con ese hecho romántico, que Cataluña había dado
identidad al Reino y Corona de Aragón mediante “su” estandarte, al
casarse el conde de Barcelona D. Ramón Berenguer IV con Doña Petronila
reina de Aragón.
Pero,
sin embargo, nada más lejos de la realidad y de la documentación
fehaciente. Pues no aparece tal hecho (1) en los manuscritos de los
cronistas del Emperador Ludovico Pío y sucesores, ni en los del
monasterio de Ripoll. Ni se ha encontrado (y debería de existir) edificio o sepulcro de los Condes de Barcelona anterior al siglo XIII, con las dichas armas (escudo de cuatro palos rojos (gules) sobre fondo amarillo (oro)). Además, el romántico Bernardo Boades no tuvo en cuenta que, Wifredo “el velloso” no fue contemporáneo de Ludovico Pío, pues éste murió en el 840 y Wifredo nació en el 873.
Y
como se ha demostrado y verificado que aquello era una fábula,
rápidamente el nacionalismo catalán ha buscado otras excusas para no
perder tan preciado botín.
Y, ni cortos ni perezosos, van y pregonan por doquier que, “en las
luchas que hubo para preservar la nacionalidad catalana contra la
españolidad absolutista de Felipe IV primero y de Felipe V después, que,
el Consejero D. Pedro Juan Rosell enarbolaba la “cuatribarrada” en la
defensa de Tarragona asediada por el primero; y que el Consejero D.
Rafael Casanova, hizo lo propio en la defensa de Barcelona asediada por
el segundo”.
Pero la realidad histórica es, que tanto uno como otro Consejeros, la bandera que enarbolaron como distintivo de Cataluña y por la cual muchos catalanes derramaron su sangre, fue la bandera de Santa Eulalia, no la “cuatribarrada” que simbolizaba al Reino y Corona de Aragón, y que además era contra la cual estaban luchando. Hecho éste inmortalizado en la estatua que se conserva en el Salón
de San Juan (Barcelona), donde se puede contemplar a Casanova puesto en
pie, con la siniestra abrazando la señera de Santa Eulalia, y con la
diestra empuñando una espada.”
Yo creo que tenemos algún contacto con Valencia y Cataluña,yo tengo mi madre que su padre era de Mallorca y sus madre era de origen catalán y valenciano.
ResponderEliminarY donde yo estudiaba muchos mallorquines tenían apellido catalán y sus padres eran de aquí,además si hablamos con uno de Valencia o Cataluña lo entendemos.
Respetad mi opinión :1
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ResponderEliminarPrimero de todo, aquí se respeta la opinión de todos mientras sean correctas y respetuosas. Está claro que tenemos en común, pero de ahí a una repoblación hay un abismo, al menos una repoblación catalana como la que pretenden vender y mentir. gracias por participar.
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