Escuela y tele

Esa obsesión uniformadora realmente va a toparse con muchos cantos rodados y va a romperse la crisma durante muchos años o quizá eternamente. En el metro de Valencia se nos avisa de que no hay que pasar cierta línea del andén fins que el tren no està parat. A un balear se le revuelven las tripas culturales viendo ese uso del participio parat. No hay manera de no herir el alma lingüística de unos o de otros en cualquier rincón de los mal llamados países catalanes. El estándar ofende los localismos, y los localismos de una latitud ofenden a los localismos de otra.
Llama la atención que la UIB defienda el destierro del artículo salado de nuestra radio y televisión, pero no propugne que se expulse de las escuelas a nivel oral. Es incoherente. Y no veo a nuestros maestros de las islas reciclándose, lobotomizándose, para conseguir desprenderse del artículo salado. Ya sabemos que éste es una de las herramientas más preciadas para distinguirse de los «forasteros», luego su valor es más que cultural, es antropológico.
Para provocar extrañeza sin herir sentimientos ni atender a cuotas de sacrificio, ya teníamos de toda la vida otro estándar que nos ha ido muy bien: el español. El español no necesita a IB3, pero el barceloní tampoco. Yo si fuera Bauzá les ofrecería un pacto a nuestros fundamentalistas de la UIB: dejar el salado fuera de IB3 y volver al español como lengua vehicular de la enseñanza.
Publicat a El Mundo-El Día de Baleares, el 22-4-2014
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